639. Filete a la Parrilla

Mauve abrió los ojos y vio que estaba envuelta en una manta inmóvil. Por suerte, había suficiente espacio para respirar. Intentó apartarse, pero Jael la mantuvo en un cerrojo muerto.

—Aún no —murmuró él y apretó sus brazos alrededor de ella un poco más.

—Jael —se rió ella—. Vamos a perder la primera comida a este ritmo.

—No, no lo haremos, porque la tendremos justo aquí.

Mauve echó su cabeza hacia atrás para mirarlo. No es que eso hiciera mucha diferencia; aún no podía ver su rostro.

—No, no lo haremos —murmuró ella.

—Ambos necesitamos descansar. Prefiero pasarlo contigo —dijo él.

Mauve frunció el rostro mientras intentaba encontrar una buena razón para explicar por qué esto no era una buena idea, pero sabía que Jael contrarrestaría cualquier cosa. No se sentía tan cansada como antes de dormir, y ahora que sabía que él estaba bien, no podía estar más feliz.