Batido

Su Wan nunca habría pensado que habría un día en que sería secuestrada por alguien.

Había sido mediocre toda su vida o, mejor dicho, vidas. Nunca había sido extremadamente hermosa ni rica; simplemente era completamente común.

Así que cuando abrió los ojos y se encontró en una choza destartalada con las manos y los pies atados, su primer pensamiento fue que era imposible. Pero luego, cuando cerró los ojos e intentó despertar de su sueño, se dio cuenta de que no importaba cuántas veces abriera y cerrara los ojos, seguía atrapada en el mismo lugar.

Y con las manos atadas por encima de su cabeza al viga del techo de la choza, sus brazos ardían como si estuvieran en llamas. Así que ahí se fue su creencia de que esto era solo un sueño; lo que estaba sucediendo era su realidad. No importaba cuánto intentara negarlo. Estupendo.