—Se suponía que solo se besarían y harían cosas leves, pero terminaron llegando a este punto.
—Ambos estaban demasiado excitados como para detenerse, así que hicieron que el otro alcanzara su límite en su lugar.
—Sus gemidos y quejidos resonaron hasta que ambos alcanzaron su clímax.
—Arabella todavía jadeaba mientras Fernando se inclinaba para besarla. Sus labios se sentían aún mejor después de haber alcanzado juntos su clímax.
—Se apoyó en el pecho de su esposo porque su cuerpo se sentía muy débil.
—Retrocedió cuando lo escuchó lamiendo sus dedos de nuevo. Estaba limpiando sus jugos de ellos. Siempre lo hacía cada vez, pero ella simplemente no podía acostumbrarse.
—Arabella pensó en lamer su esperma de sus manos también, pero él rápidamente lo limpió con su pañuelo cuando ella lo miró.