¿Quién te dio el derecho?

—Maestro Jiang, Lady Qiao ha venido a verle —un sirviente mer que trabajaba en el patio del pabellón de Jiang Fenhua entró corriendo mientras saludaba y transmitía a Jiang Fenhua el mensaje que Qiao Sha le había pedido que llevara. En secreto levantó la cabeza, con la esperanza de que Jiang Fenhua pudiera darle una buena recompensa al oír tal buena noticia, después de todo, él era quien venía con este maravilloso mensaje, pero lo que vio le hizo bajar la cabeza al suelo de nuevo. Porque en el rostro de Jiang Fenhua no había ni afecto ni emoción, en cambio parecía estar ardiendo de ira con la sola mención de Qiao Sha.

—¿Le digo a Lady Qiao que vuelva más tarde? —dijo el sirviente mer intuyendo que tal vez Jiang Fenhua no estaba dispuesto a ver a Qiao Sha. Podría ser posible que estuviera enfadado con Qiao Sha por no haber venido a verlo durante tanto tiempo, ¿verdad? Sí. Esto debe ser, después de todo, ¿por qué un esposo no estaría dispuesto a ver a su esposa?