Te desafío

—La risa en la orilla del océano poco a poco se silenciaba a medida que los niños se saciaban y uno por uno se adormecían —Yu Dong los observaba con dolor de cabeza y luego volvía la mirada hacia Fang Chi, quien reía en silencio pero, aunque intentaba con todas sus fuerzas reprimir su risa, Yu Dong podía ver sus hombros temblando tanto que parecía que iba a estallar en carcajadas en cualquier momento—. ¡No te atrevas a reír, esto no tiene gracia, tendré que dar de siete a ocho vueltas Chi!

—Fang Chi la hizo callar levantando la voz y luego inclinó la barbilla hacia los niños que dormían—. No hagas ruido innecesario, Dong Dong, los niños están dormidos, si los despiertas, perjudicarás su crecimiento así que shhh.