—No, ¿cómo puede— Yu Dong no quería irse, ¿cómo podría irse cuando su esposo estaba sufriendo de esa manera? Quería quedarse en la habitación con él.
—¡AHHHH! —Fang Chi volvió a gritar mientras se agarraba el vientre y echaba la cabeza hacia atrás antes de soltar un sollozo mientras bajaba sus manos y después apretaba las sábanas de la cama hasta casi rasgarla por la mitad—. ¡ME DUELE! SALVEN... ¡SALVEN AL NIÑO! ¡POR FAVOR!
Se volvió a mirar a Wu Junfen, quien intentaba sedarlo con su energía espiritual. Ella sostenía su mano, su energía espiritual circulaba alrededor de la muñeca de Fang Chi en forma de espirales negras. Se volvió a mirar a Yu Dong, quien estaba de pie justo a su lado, y luego gritó buscando a Yue Hua —¡Pequeña Yue, llévatela y no la dejes entrar!