Secuestrando a la Novia

Eric levantó una ceja, tocando suavemente su mejilla suave y húmeda. —¿Qué es esto? ¿No estás nerviosa en absoluto?

Ella rodó los ojos perezosamente hacia él y tomó el vaso de leche cercano, dando varios sorbos. —Contigo por aquí, ¿de qué hay que tener miedo?

¡Ella estaba notablemente tranquila!

Eric rio con un toque de impotencia. —¿Confías tanto en mí?

—Eres mi esposo. Si no confío en ti, ¿en quién debería confiar? —respondió ella con una sonrisa suave, su mano descansando tiernamente sobre su vientre.

Eric sujetó su mano firmemente, su mirada se desvió hacia sus labios rosados. Incapaz de resistirse, se inclinó y la besó suavemente. Cuando pretendía profundizar el beso, Ella lo empujó rápidamente.

—No te emociones demasiado. Además, papá y los demás están afuera. ¿Qué pasa si entran?

—Estamos casados. Un pequeño beso es perfectamente normal, ¿no? —dijo Eric con una risa juguetona, su mano descansando instintivamente sobre el vientre de Ella.