Eric frunció el ceño y besó el dorso de la mano de Ella con un dejo de preocupación. Justo entonces, Chloe y los demás entraron apresuradamente, radiantes de alegría al escuchar la noticia —Ella había dado a luz de manera segura a un par de gemelos. Sus risas llenaron la habitación, sus sonrisas amplias e incontenibles.
Por supuesto, nadie estaba más feliz que Eric y Lucas.
Después de pasar un corto tiempo con Ella, Eric se dirigió a la sala de observación neonatal para ver a los dos pequeñines.
Los diminutos bebés llevaban pulseras en las muñecas para evitar confusiones. Yacían tranquilamente en sus pequeños incubadoras, sus cuerpecitos bien envueltos en cálidas mantas.
Aunque habían llegado al mundo cubiertos de sangre, las enfermeras los habían limpiado a fondo. Tenían mucho cabello espeso, y aunque sus facciones aun no estaban completamente desarrolladas, ya era evidente que eran unos hermosos niñitos.
Era difícil decir a quién se parecían.