—¿Está aquí el CEO? —la gente comenzó a murmurar, desesperada por echar un vistazo a la figura que llegaba. Sin embargo, las filas de guardaespaldas bloquearon su clara visión.
Los guardaespaldas se colocaron en la entrada, formando una barrera. Aunque todavía no había aparecido nadie, el sonido rítmico de los zapatos golpeando el suelo resonó por el pasillo vacío, llegando a oídos de todos.
La sala del banquete se quedó completamente en silencio mientras cada par de ojos se fijaba en la entrada, sin que nadie se atreviera a parpadear.
Una figura alta y guapa vestida con un traje negro perfectamente a medida, que acentuaba su físico bien proporcionado, apareció en la entrada. Un suspiro colectivo de sorpresa se escuchó entre la multitud mientras observaban al joven y diabólicamente guapo hombre.
Las brillantes luces del salón de banquetes iluminaban sus rasgos, haciéndolo parecer aún más deslumbrante.