Escaparate, Parte Veinticuatro

La voz de Isabella continuó resonando por toda la plaza, clara y confiada. Había mantenido al público cautivado durante todo su monólogo.

Ahora, era tiempo para la siguiente parte del evento.

—Y ahora, para demostrar el verdadero potencial de estas varitas, ¡me gustaría llamar a alguien especial! —Se giró, extendiendo una mano hacia donde estaba Melisa—. Melisa Llama Negra, ¿te unirías a mí?

«Uff, aquí vamos,» pensó Melisa mientras avanzaba. La reacción de la multitud fue inmediata: una ola de susurros y dedos señalando que hicieron que su cola se enrollara más apretadamente alrededor de su muslo.

—¿La chica nim?

—¿Escuchaste lo que hizo en la gala?

—Dicen que salvó al rey...

«Sí, sí, soy la chica mágica morada. Sigan mirando, ¿por qué no?»

Pero Melisa mantuvo su rostro neutral mientras subía los escalones para unirse a Isabella en el escenario. La cola rosa de la kitsune se movía con una emoción apenas contenida.