Melisa tomó una profunda respiración, su curiosidad aumentada.
—Está bien, estoy escuchando. ¿Qué está pasando?
Aria dudó, su mirada se desvió hacia la ventana como si estuviera sopesando sus palabras con cuidado.
—Antes de que mi padre falleciera —comenzó, su voz más baja—, él me dijo... creía que los Magos Sombrios estaban involucrados en crímenes contra la corona. Tenía sospechas desde hace tiempo, pero nada concreto. La verdad es que no tengo idea de qué tan profunda es su influencia. Podría ser en cualquier parte—o en cualquiera —volvió sus ojos hacia Melisa, su expresión sombría—. Por eso necesito a alguien de afuera para ayudarme, incluso si eso significa confiar en alguien en quien aún no puedo confiar completamente.
Melisa cruzó sus brazos, su ceño frunció.
Era obvio que probablemente había más de lo que su padre realmente dijo de lo que ella reveló, pero claramente quería mantener sus cartas cerca de su pecho.