Escaparate, Parte Treinta y Siete

El sol se filtraba a través de los amplios y arqueados ventanales del estudio de Javir, destacando el caos organizado esparcido sobre la mesa: pergaminos, Cristales Espíritu de apoyo moral aleatorios, y otro lagarto especialmente desafortunado en un pequeño recinto de vidrio.

Había dejado que un cierto par de científicos mágicos (¿magos científicos?) lo tomaran prestado por el momento.

Melisa se sentó con las piernas cruzadas en el suelo, inclinándose sobre un cuaderno donde garabateaba frenéticamente, murmurando entre dientes.

Zephyra caminaba cerca, sus rasgos agudos iluminados por el resplandor de un Cristal Espiritual que sostenía.

—Muy bien, repasemos esto una vez más. La invocación original era *Lumi sanguine, vita crescere,* emparejada con el extraño… signo de conjuro en espiral que hiciste. Y eso creó una extensión de vida temporal absorbiendo Esencia de... bueno, de todas partes —comentó Zephyra.