La luz dorada del sol de la tarde pintó el cenador de la academia mientras Melisa intentaba concentrarse en cualquier cosa menos en el trasero perfecto de Isabella que se contoneaba en su regazo.
—Isabella sonrió con picardía.
«Concéntrate. Estás discutiendo un asunto serio de espías aquí. Deja de pensar en lo bien que se sentía su polla en tu boca esta mañana».
—Entonces, a ver si entendí bien —dijo Armia—. Melisa también notó a Cuervo apoyado en uno de los pilares del cenador, pareciendo muy nervioso—. ¿Encontraste una célula de resistencia nim secreta, descubriste que tienen magos de nivel experto, viste un mapa de sus objetivos y te acostaste con alguien?
—Bueno, cuando lo dices así, suena como que realmente logré algo —Melisa sonrió mientras le daba una palmadita suave al trasero de Isabella—. Aunque todavía me duele la cabeza por la mierda que estaban sirviendo en ese bar. Y, para ser claros, no. No creo que realmente tengan magos de nivel experto. Creo que están delirando.