—Isabella comenzó lo que básicamente era un espectáculo de striptease muy corto, esparciendo ropa como si intentara redecorar.
—Su falda golpeó una lámpara, sus bragas encontraron un nuevo hogar en una planta de interior, y su sujetador de alguna manera logró su sueño de toda la vida de convertirse en un adorno de araña.
—La vista del cuerpo desnudo de Isabella tuvo su efecto habitual en todos. Arousal inmediato y palpitante.
—Diga lo que quiera sobre esta chica, pero definitivamente es sexy.
—Su pene se erguía orgulloso, ya goteando precum como un grifo roto. El de Kimiko igualaba el entusiasmo de su hija, la enorme verga prácticamente proyectando su propia sombra.
—De tal palo, tal astilla, pensó Melisa, su coño ya goteando.
—Melisa notó a Cuervo pegada justo detrás de ella, prácticamente vibrando con energía nerviosa.