Lealtad, Parte Veintinueve

—Bienvenido a casa —sonrió ella.

—Ah, día duro. Bueno estar de vuelta —comentó él antes de acercarse y darle un beso en la mejilla. Melistair se quitó la camisa y se sentó, notando rápidamente a las dos Summers dándole duro—. Oh.

—Oh, en efecto —pensó Margarita—. ¿Un nim llamado Rax? ¿Sabes…?

El cambio instantáneo en la expresión de Melistair hizo que Margarita se detuviera—. ¿Qué?

—Dime todo —logró decir, con una voz más áspera de lo que había pretendido—. Desde el principio.

—Bueno —comenzó ella, jugueteando con su propio té intacto—, Kimiko me invitó a una de sus... fiestas.

—Continúa —dijo Melistair.

—Estuvo en este almacén —continuó Margaret—. Montones de nim y kitsune. Y... —ella se detuvo—. Melisa estaba allí.

—¿Qué? ¿Por qué estaría...? —Melistair frunció el ceño, interrumpido por la súbita preocupación.

—Estaba encubierta —Margaret explicó rápidamente—. ¿Recuerdas? Todo el asunto de su visita a tu bar favorito. Bueno, ella se enteró de esta fiesta a partir de eso.