El Artefacto, Parte Tres

Melisa encontró a la pandilla esperándola en su lugar habitual: los bancos de piedra cerca de la fuente central. Armia estaba sentada con compostura, su espalda recta como siempre, mientras Isabella se recostaba con la cabeza en el regazo de Cuervo, para visible incomodidad de la estoica chica.

—¡Ahí está! —llamó Isabella, levantándose tan rápido que casi le da un cabezazo a Cuervo en la barbilla—. ¡Nuestra exploradora de la biblioteca ha vuelto! ¿Encontraste algún tesoro antiguo? ¿Tomas secretas? ¿Revistas cochinas de hace cien años?

—No revistas cochinas —respondió Melisa, dejándose caer en el banco al lado de Armia con un suspiro dramático—. Solo una rara cosa de disco metálico que Javir nos hizo devolver a donde lo encontramos.

—¿Fuiste a ver a Javir? —preguntó Armia, alzando una ceja.