Haz que me odie

Aiden y Lucio estaban sentados en la sala del aeropuerto ya que aún tenían tiempo antes de su vuelo.

—Jefe, ¿por qué me salvaste? ¿Por qué les dijiste que necesitas una semana para desaparecer completamente de nuestras vidas? Nadie va a aceptar esta decisión tuya. ¿Y qué hay de Layla? ¿Cómo vas a dejarla? Creo que deberíamos pedir ayuda a la policía —dijo Aiden, manteniendo su voz baja para que las pocas otras personas presentes en la sala no pudieran escucharlos.

Lucio permaneció callado como si no hubiera escuchado las preguntas de Aiden. —Por favor, di algo, Jefe —dijo.

—No le digas a nadie lo que pasó aquí —instó Lucio.

—No. No puedo hacer eso —Aiden se negó a mantener la verdad oculta a cualquiera de ellos, especialmente a Layla.