La bola de nieve

En Nochebuena, la casa de Lucio estaba llena de calidez, risas y el brillo de luces parpadeantes. La mayoría de los invitados eran amigos cercanos y familiares de ambos lados, haciendo que la celebración fuera verdaderamente íntima.

Cuando Demitri llegó con Nora a su lado, un breve silencio se apoderó de la sala. Todas las miradas se dirigieron hacia ellos con sorpresa.

—¡Nora, te ves tan bonita! —exclamó Layla, caminando rápidamente para saludarla con un abrazo.

—Usted también, señora —respondió Nora con una sonrisa educada, su voz mostrando un dejo de formalidad. Extendió una caja de regalo cuidadosamente envuelta—. Aquí hay un pequeño obsequio de nuestra parte.

Layla tomó el regalo con una cálida sonrisa.

—Llámame simplemente Layla —dijo despreocupadamente—. El amigo de Demitri también es mi amigo. La formalidad del trabajo se queda en el trabajo.

La sonrisa de Nora se suavizó ante esas palabras, un destello de relajación pasó por su rostro.