Ann se quitó el vestido y se despojó de su ropa interior. La lanzó sin importarle dónde podría caer, lo único que le importaba era ser follada por su mejor amiga. Se recostó en la cama y abrió bien las piernas. Masajeó suavemente sus dos senos mientras esperaba que su mejor amiga alcanzara su coño.
Silver se arrodilló en el borde de la cama y se agachó antes de acercar los muslos de Ann hacia su cara. Agarró su cadera e inclinó su rostro en su coño rosado recién abierto para poder tener una visión perfecta. Estaba húmedo y lechoso.
Con sus dos dedos, separó los labios para tener una vista más cercana de su núcleo húmedo.
—Ahhh... sí... —Ann sofocó un gemido mientras apretaba sus enormes senos.
—Estás tan húmeda, Ann —dijo Silver mientras observaba su coño que aún seguía goteando fluido húmedo a medida que los músculos de su núcleo se contraían.
—Solo cállate y fóllame —respiró Ann mientras arqueaba la espalda, sus manos aún apretaban sus senos. Se sumergió en su propio mundo y comenzó a imaginar a Marcos, el doctor del sexo, en su cabeza. Cerró los ojos imaginando lo gruesos y fuertes que eran sus dedos, cómo deseaba que simplemente los deslizara por su coño y la penetrara con los dedos. Gimió y comenzó a pellizcar sus duros pezones. Su núcleo ardía en sensación cuando sintió la cálida lengua de Silver juguetear contra su clítoris. —Joder... —gruñó, pellizcando sus pezones dolorosamente erectos de excitación.
Silver enterró su cara entre sus piernas para tener mayor acceso. Con su lengua, recorrió la hendidura de su coño, arriba y abajo. Ann gimió de placer, su cálida lengua la lamía simultáneamente. Apretó fuertemente su pecho y comenzó a jadear pesadamente mientras la lengua de Silver se desviaba hacia su núcleo y se deslizaba adentro. Ann nunca pudo imaginar lo buena que podría ser su amiga en esto, su cuerpo se llenó de olas de sensación y placer.
—Por favor, Silver, fóllame —Ann se retorcía sobre ella y balbuceaba.
Silver recorrió su lengua por dentro de su núcleo, saboreando cada pedazo de ella, lo cual disfrutaba. Cerró los ojos y sofocó un gemido mientras saboreaba su coño con la lengua atascada dentro de su núcleo. Lamió su núcleo hasta estar segura de que ya no podía saborear su jugo antes de insertarle dos dedos.
Ann jadeó al sentirlos rompiendo dentro de ella, cerró los ojos mientras dos dedos de Silver se curvaban adentro para encontrar su punto dulce mientras su pulgar masajeaba su clítoris, volviéndola loca. Comenzó a embestir, bombeando sus dedos con fuerza dentro de ella mientras se inclinaba más con su lengua devorando el clítoris de Ann.
Ann arqueó la espalda con sus piernas convulsionando en ese punto mientras gemía de placer. —Ahhh... hhh... joder —Todo su cuerpo ardía en profunda sensación, podía sentir el movimiento de los dedos de Silver dentro de ella y se sentía tan bien, tanto placer.