ME CHUPÉ UNA POLLA (1)

—Hola joven, ¿puedo saber si aquí vive alguna mujer con el nombre de Ann? —preguntó Marcos, como no la conocía no se molestó en presentarse a una total desconocida.

—Bueno yo... yo... ella... —sus labios estaban abiertos de forma espectacular mientras tartamudeaba—. Un minuto —cerró la puerta de golpe y se volvió para mirar a Ann—. Ann, nunca me dijiste que tenías un novio tan atractivo —Silver le susurró gritando a Ann.

—¿Qué? —exclamó Ann—. Oh no, ese debe ser el doctor del sexo —dijo mientras se apresuraba hacia la puerta.

—Bueno, no me dijiste que él es atractivo —susurró Ann.

—Tú fuiste quien me lo presentó, deberías saberlo —dijo Ann frunciendo el ceño.

—Bueno, que te lo haya presentado no significa que lo conozca bien —respondió Silver y Ann rodó los ojos.