SU POLLA, LLENÓ MI COÑO (1)

DRINGGGG...

El despertador en la mesilla de noche sonó tan fuerte que despertó a Ann de su sueño. Ella gruñó frustrada y se sentó en la cama.

—¿Quién coño puso la alarma? —preguntó molesta mientras no recordaba cuándo o cómo había configurado la alarma la noche anterior antes de dormir.

Giró la cabeza hacia un lado y vio a Silver haciendo un ruido gorgoteante mientras se desplazaba hacia el borde de la cama en busca de una zona de confort.

Ann se levantó de la cama y caminó hacia la mesilla antes de golpear con la palma de la mano el reloj que silenció la alarma.

—Genial, ese ruido arruinó mi sueño —gruñó Silver molesta mientras se sentaba en la cama y se bajaba la manta de su cuerpo.

—Bueno, me alegro de que me haya despertado —dijo Ann mientras se quitaba la ropa.

—¿Adónde vas? —Silver fijó rápidamente su mirada en Ann y comenzó a frotarse los ojos con la mano para ver más claro.

—¿Pues dónde más? —preguntó—. Aparte del penthouse del doctor del sexo —respondió Ann.