Ella entró arrastrando los pies en la habitación, girándose mientras observaba y miraba fijamente cada arma que veía en la pared; un látigo, unas esposas, diferentes tipos de fustas y una cadena. En medio de la habitación, hay un gancho fuerte con unas esposas debajo. Bajó su mirada al suelo, la cama que antes estaba en la habitación ya había sido reemplazada por muebles de bondage. Abrió su boca y jadeó por aire mientras estaba impactada por lo que se mostraba delante de ella.
Desvió su mirada al armario alto y enorme detrás de la puerta y caminó hacia él. Pasó sus dedos por él antes de abrir el segundo cajón.
Jadeó y esta vez casi le quitó el aliento. Con los ojos muy abiertos, miró fijamente el enorme consolador blanco en el cajón. Se hizo preguntas sobre qué iba a hacerle Marcos con todas esas cosas.