Ann caminó hacia el coche y se subió.
Marcos guardó silencio por un segundo mientras esperaba que ella explicara todo lo que había sucedido dentro de la cafetería, pero Ann no pronunció una palabra como él lo había esperado.
—¿Qué pasó allí, Ann? —preguntó Marcos.
Ann inhaló y exhaló profundamente y luego miró por la ventana. —Tengo hambre, llévame a un lugar donde pueda comer —dijo mientras miraba hacia afuera para evitar su mirada.
—Está bien si no quieres hablar conmigo sobre eso —suspiró Marcos, él sabía que ella estaba tratando de evitar su pregunta.
Ann estalló en lágrimas mientras hablaba. —Soy una mujer asquerosa —se tapó la boca para bajar la voz mientras lloraba.
—No lo eres —Marcos se giró para mirarla con el ceño fruncido. Se preguntaba qué había pasado allí que la hizo decir cosas tan malas sobre sí misma.