Capítulo 87 - Esos Guantes

Él llegó dentro de ella, y ella lo permitió. Lo deseaba tanto, que lo había buscado más de una vez. Había gemido su nombre a todo pulmón y le había entregado su cuerpo sin rechazo. Había sido su buena chica. Había respondido positivamente a ella misma. Eso significaba que ella era suya, solo suya. Además, con una respuesta implícita lo había reclamado.

Ni en un millón de sueños habría sospechado que esto sucedería esta noche o que llegarían tan lejos. Su felicidad no tenía límites. El día de la Fiesta de la Luna Llena siempre sería especial por esto.