Belladonna se durmió rápidamente, pero Eli no podía dormir. Todavía se sentía como un sueño. Seguía mirándola para asegurarse de que no era solo una figura de su imaginación y que todo lo que había sucedido no era solo una ilusión. Esperemos que no haya sido resultado de su desesperación, que su mente lo había engañado haciéndole creer que esto había ocurrido. ¡Espera! ¿Era posible que Galdur todavía lo tuviera atrapado en su mente? Sus dedos pasaron por su cabello de nuevo, y ella se giró en su sueño, mirándolo. Su respiración se detuvo en su garganta. No. Esto era real. Deberían salir de la casa de Osi ahora y regresar a la Casa de Huéspedes del Chico Dorado, pero Eli no sentía ganas de moverse ni un centímetro. Podría vivir aquí para siempre. Además, sus anfitriones dijeron que podían quedarse por la noche. Eso era lo que harían. Cuando empezó a quedarse dormido, la atrajo hacia sus brazos, temeroso de que si no lo hacía, ella desaparecería mientras dormía.