Emily comenzó a recuperar la conciencia, sus ojos parpadeaban abriéndose ligeramente.
—Doctor, está despierta. Sus pupilas responden —informó una enfermera con urgencia.
Emily vio cuatro figuras a su alrededor. Sobre ella, una luz deslumbrante iluminaba su abdomen. ¡Pero su abdomen se sentía completamente entumecido!
—Mi bebé... —murmuró Emily, su voz un susurro débil.
El doctor frunció el ceño. —Traigan al anestesiólogo.
La enfermera cumplió rápidamente. —Sí, Doctor.
El corazón de Emily se hundió. —Doctor, ¿y mi bebé...?
El doctor, empapado en sudor, se concentraba intensamente en la cirugía. —Señorita, necesito concentrarme completamente en este procedimiento. El anestesiólogo se ocupará de usted enseguida, y mi asistente le explicará todo una vez que termine la cirugía.
—Pero mi bebé...