De regreso, ambos permanecieron en silencio. Emily estaba sumida en sus pensamientos, tratando de dilucidar cómo contarle a Jackson acerca de la situación, mientras que Vicente estaba inusualmente callado, evitando cualquier discusión sobre su pasado.
El coche se detuvo en la entrada del Hilton. Emily abrió la puerta para bajar.
—Emily. —Vicente de repente llamó su nombre.
Ella se detuvo.
—Sr. Norman, prefiero que me llame Miranda fuera de la residencia familiar —dijo ella, con un tono cortés pero firme.
Vicente asintió en señal de acuerdo.
—Está bien, Miranda. Solo quería decir que si el deseo de la abuela te está causando estrés, lo siento de verdad.
Emily miró hacia abajo.
—No es tu culpa, así que no hay necesidad de disculpas. —Vicente suavemente asintió.