—Sí, Helen fue mi profesora —confirmó Abril con un suave asentimiento.
Mi corazón aleteó y años de preguntas subieron a mi garganta. Las tragué y me conformé con una sonrisa brillante.
—¿Dónde está? Necesito encontrarla y hablar con ella —dije.
Los ojos de Abril se bajaron y ella sacudió la cabeza.
—Lo siento. No sé dónde está. Han pasado años desde que tuve noticias suyas. Ni siquiera me ha contactado en mis sueños —dijo con tristeza.
Me mordí el labio y eché un rápido vistazo a Soren.
Abril no había tenido noticias de Helen en años, pero ella había podido contactarme en mis sueños hace apenas unos días. De lo contrario, no habría venido a Miltern. ¿Era la maldición lo que la impedía hablar con Abril o había algo más que le permitía comunicarse conmigo?
No pude evitar sentirme un poco decepcionada. Mi corazón se hundió y miré hacia abajo.