*Mila*
Seguía mirando entre Dylan y Soren. ¿Era esto alguna especie de broma? Uno de ellos estaba a punto de hacer una expresión facial que revelara la verdad.
Ambos simplemente se quedaron mirándose el uno al otro con expresiones endurecidas.
Entonces Dylan, o Sebastián, entrecerró los ojos hacia Soren. Su mirada se volvió maliciosa y gruñó.
—¿Quién diablos eres tú?
—Eso no importa. Todo lo que importa es que yo conozco tu secreto, y no soy el único —Soren se encogió de hombros casualmente, como si estuviesen teniendo una simple charla acerca del clima.
—¿Qué más sabes? —Soren sonrió con picardía—. Probablemente sería mejor para ti asumir que lo sé todo. Y si yo fuera tú, no querría salir de la seguridad de este túnel tan rápidamente.
—Bueno, tú no eres yo, y ahí no estamos de acuerdo —siseó Sebastián.
—Es una lástima. Solo porque Mila y yo no estamos listos para saltar y matarte no significa que ese caballero afuera no desee verte muerto.