Ragon sigue su partida con esos ojos contrariados y la mandíbula apretada, sabe que la ha hecho llorar pero su miseria ante su traición surge por encima de todas las demás emociones o pensamientos para él. —Ven, te vestiré. —Elriam le da su mano, que él agarra ágilmente acompañado de un gemido de dolor. Ella lo guía hacia su cabaña y él la sigue cojeando por el camino.
Drakho gruñe dando un paso adelante con ímpetu, queriendo herir a Ragon nuevamente pero lo detengo. —También regresarás a tu cabaña. Si vuelves a herir a ese macho, me aseguraré de que seas castigado, Drakho. Vete ya.
Su pecho se agita mientras intenta contener sus emociones que se desbordan cada vez que ve a su hembra con Ragon. —Sí, Luna. —dice mientras se da la vuelta y obedece mis órdenes.