Nuestra Familia – Parte【3】

—Cuando retuerce mi hinchado pezón rosa más fuerte, doy un chillido de satisfacción y mis rodillas se doblan mientras me agarro al lavabo en busca de apoyo. Mi leche blanca y cremosa brota inesperadamente, salpicando todo el espejo reluciente y esta vista no le repugna como esperaba, sino que añade combustible a su fuego desenfrenado. Sus ojos parpadean con un hambre compulsiva de ingerir y comienzo a temblar al sentir cómo pellizca mi pezón una vez más, forzando la única fuente de alimento de Tadeas.

—Estás duro —susurro de forma erótica acariciando la plena y gruesa longitud de su enorme polla con las mejillas de mi trasero. Gimoteo emocionada cuando él da una leve palmada a mi titubeante teta como advertencia, mostrándome sus dientes.