Indudablemente - Parte【4】

—¿Qué paquete?

—Soledad. No quiero que Tadeas sienta eso ni siquiera por un momento y yo, como el Alfa y su padre, me aseguraré de que sea tratado como un cachorro normal. Si no puede hacer amigos, encontrará su compañera en la naturaleza.

—¿Estuviste... estuviste también a menudo solo? —pregunto con profunda tristeza que brota en el abismo de mi corazón al pensar en ello.

—Sí, a veces cuando mis deberes no consumían mi tiempo. Pero mi soledad cesó después de un cierto punto en el tiempo.

—¿Y cuándo fue eso?