—Estoy seguro de que tus padres te habrían puesto bajo arresto domiciliario para mantenerte alejada de mí, ya que seguramente habrían entendido que te reclamaría antes de que alcanzaras la edad adecuada para aparearte.
—¿Y qué habrías hecho entonces? —Mi pregunta sale como un gemido mientras mi macho agarra los jugosos globos de mi trasero para amasarlos brutalmente, separándolos mientras mueve sus caderas sobre las mías, empujando mi coño chorreante de un lado a otro sobre su ardiente polla, humedeciendo su larga carne con mi fluido corporal. Diosa, visualizando lo que me habría hecho durante años hasta que cumplí veintiún años... Ni siquiera puedo ponerlo en palabras.
—Me habría deslizado en tu habitación cuando nacía la oscuridad de la noche para observarte mientras dormías.