Joseph tenía una leve sonrisa en su rostro. Sus hermosos ojos eran especialmente profundos.
Incluso si le explicara lo que pasó la última vez a la Anciana Abuela, ¿qué pasa con la vez anterior a esa?
Era difícil aclarar las cosas por completo.
Joseph se inclinó y susurró al oído de Lucille:
—¿Estás intentando jugar con mis sentimientos, Bobo?
¿Era ella tan irresponsable?
¿Cómo podría ser? Ella nunca se había aprovechado de él en primer lugar. ¿Cómo podría estar intentando confundirlo?
Lucille ni siquiera parpadeó al responder:
—No. Cuando sea hora de terminar las cosas, no jugaría con tus sentimientos. Simplemente cortaría las cosas limpiamente.
¿Cortar las cosas limpiamente?
Joseph llevaba una leve sonrisa. Había un atisbo de diversión en su rostro, pero, como se mirara, estaba rodeado por un aura opresiva. Incluso la temperatura a su alrededor había bajado varios grados.
Lucille sintió el peligro, pero no tenía intención de escapar.