—Pero... —burbujas de lágrimas habían comenzado a asomarse en los ojos grises de la chica—. Theo es a quien quiero. Él es mi compañero. No puedo rechazarlo. Puede que nunca encuentre otro compañero si lo hago, y tú sabes que no quiero estar con alguien que no sea mi compañero. Diego
—Sé —Diego asintió y extendió su mano para limpiarle las lágrimas con el pulgar—. La atrajo hacia un cálido abrazo—. Mira, hablaré con Nix y Valeric por mi cuenta y te ahorraré la molestia. Luego los tres encontraremos la manera de manejar a nuestro padre. ¿Qué te parece?
Jazmín levantó la vista hacia él.
—¿De verdad?
—De verdad —asintió y le sonrió—. Ahora, deja de llorar.
—Eres mi favorito.
La sonrisa en su rostro se desvaneció inmediatamente —¡Maldita sea! Mañana escogerás a Valeric en lugar de a mí.
Jazmín sonrió, mostrando sus treinta y dos dientes.
Se giró lejos de ella y agarró su mano —Deberíamos bajar. No has llegado a conocer bien a Stella.