Los ojos vidriosos de Stella se agrandaron, y ella mordió su labio—el que él estaba a punto de probar. Aquella acción provocó algo dentro de Valeric, y sus cálidos labios encontraron los de ella, su figura entera quedando inmediatamente inerte. Sus labios vacilaban al principio, y sus manos y ojos se cerraron fuerte. El agarre del hombre en su muñeca se apretó, y ella gimió en su boca mientras él presionaba más fuerte.
Fue un beso dulce. Como nada que ella hubiera hecho con nadie antes. Era mejor que el último, tanto así que ni siquiera la única vez que besó a Vicente se sintió de esta manera. Era suave mientras aprendían el uno del otro, permitiendo que el beso fuera lo que tenía que ser. Y definitivamente fue el mejor beso que él o ella jamás habían tenido.