Un Disparador

ROSA nunca luchó por él, ni siquiera le suplicó que lo dejara salir. Lo dejó marchitarse allí hasta que la mente del chico se quedó en blanco, jodida, y olvidó lo poco de emociones que afortunadamente tenía.

Todo le fue arrebatado y orgullosamente por él. Esa fue la oportunidad que tomó para moldear al chico en lo que quería, pero una vez más, él buscaba libertad y trataba de escapar de su propio alcance.

¿Cuánto más? ¿Cuánto tiempo tiene que recordarle una y otra vez que no puede? ¿Por qué está siendo imprudente? ¿Cree que casarse con esa chica, un omega recesivo además, allanará su camino hacia la libertad? Libertad de él, de sí mismo y de los demonios que descansan tranquilamente dentro de él.