¿Cómo no iba a hacerlo?

Un chispazo acelerado recorrió los ojos anteriormente vacíos de Valéric. —No te desmayes —gruñó con sus palabras y la arrastró por el agarre en su mano, empujándola sobre la cama para caer sobre ella.

¿Siempre fue tan agresivo? No pensó que lo sería, considerando que siempre era delicado con ella en cada momento dado.

Él besó todo el camino hasta su garganta, la clavícula e introdujo una mano bajo su camisa de pijama acariciando su piel desnuda.

—Val... —jadeó cuando él le tomó un seno, presionando su pulgar contra el pezón. Sus dientes se clavaron fuerte en su labio inferior y lanzó un brazo sobre sus ojos, olvidando cómo respirar por un segundo.

—Mía. Cada centímetro de ti es completamente mío —él besó su cuello, su mano libre agarró su delgada cintura y la jaló hacia abajo para posicionarse perfectamente entre sus piernas abiertas. Su mente se sintió más ligera y ella giró la cabeza hacia un lado, tomando grandes bocanadas de aire.