Terminar lo que Él comenzó

—La llegada inesperada de Donovan a la casa de Irwin fue un shock para la pareja, quienes no habían anticipado su regreso esa tarde.

Tan pronto como cruzó el umbral, percibió el estado frágil de la salud deteriorada de Irwin, el aire espeso con el peso de su enfermedad.

Irwin yacía apoyado contra la ventana, su endeble figura iluminada por la suave luz que entraba.

Una débil sonrisa tiró de sus labios cuando Donovan se acercó, aunque estaba claro que el esfuerzo le costó. Su esposa, siempre atenta y cuidadosa de su salud, lo ayudó a sentarse, sus manos temblaban ligeramente mientras lo sostenía.

—No pensé que te volvería a ver —la voz de Irwin, aunque cálida y acogedora, llevaba el inconfundible raspado de debilidad—. ¿Qué te trae por aquí en una visita tan agradable?

Donovan podía sentir la fragilidad en su voz. Sentía empatía por Irwin, después de todo, este hombre había salvado a su hermano del mismo destino que ahora se cernía sobre él.