Cambiadores de Demonio en el Edificio

—¡Suéltenme! —Una joven se debatía mientras dos guardias la arrastraban bruscamente por el desolado pasillo, su lujoso cabello negro cayendo sobre su cara. Estaba vestida con un traje destinado a cortesanas, la tela se adhería a su figura mientras luchaba contra su agarre.

—¡Deténganse!

—¡Silencio! —Uno de los guardias gruñó en respuesta, y se detuvieron abruptamente, sus rostros torciéndose de frustración. Uno de ellos apretó su agarre, mirándola con furia apenas contenida. Ella inclinó la cabeza hacia un lado, sus oscuros y penetrantes ojos marrones se fijaron en los suyos con una calma desafiante frialdad, revelando la belleza oculta bajo su desaliñada apariencia.

—¡Basta de tu insolencia! —El guardia siseó, el veneno teñido en su voz—. Vas a pagar caro por apuñalar a tu primer cliente de esa manera, puta desdichada. El Alfa ha ordenado tu ejecución. Di una palabra más, ¡y te callaré justo aquí y ahora!