Me Salvó

Al darse cuenta de su error en el último capítulo que publicó, Donovan guardó silencio en el instante en que notó que Finnian se acercaba. Una tensión no pronunciada se mantuvo entre ellos, densa e innegable, y Finnian pudo percibirla de inmediato. Su mirada se desvió hacia los hermanos Morgrim, quienes intercambiaban miradas cautelosas mientras esperaban en silencio que él no hubiera escuchado su conversación.

—¿Alfa? —comenzó Finnian—, todos están abajo esperándote en el salón principal. ¿No vas a unirte a nosotros? —preguntó, con un tono suave pero curioso. Notó el sutil intercambio de miradas entre los hermanos, pero no pudo descifrar el significado detrás de sus miradas compartidas.

—Es precisamente por eso que vine aquí para recordárselo —susurró Leonardo, levantándose del banco—. Su voz era calmada, pero había un atisbo de exasperación al hacer un gesto hacia Donovan—. A este hermano mío le gusta la soledad. Pero ahora que estás aquí, quizás logres convencerlo por mí.