Su pérdida, lamentablemente …

Dentro de la casa, Arwen estaba sentada con Beca cuando una criada vino a informarles.

—Señora, la cena ha sido dispuesta en la mesa.

Beca asintió y la despidió antes de volverse hacia Arwen. —Ya es hora de cenar. Vamos.

—¿El tío Gareth no se nos unirá? —preguntó ella, y al mismo tiempo, la voz de Gareth se escuchaba a lo lejos.

—¿Cómo puedo no hacerlo?

Arwen se volvió para mirar atrás, encontrando al hombre bajando las escaleras con pasos ágiles. Sus labios se curvaron en una sonrisa en respuesta a la que él tenía en los suyos.

—Como tu tía Beca, también yo estaba deseando verte hoy. ¿Cómo podría perdérmelo? —dijo mientras caminaba hacia ella y abría sus brazos para darle un abrazo lateral.

—Tío Gareth, pensé que no estabas en casa —dijo Arwen, alejándose del abrazo.

Gareth negó con la cabeza. —Estaba aquí mismo —dijo—. La compañía en el extranjero necesitaba mi atención, así que solo estaba ocupándome de eso en el estudio.