—Hola —dijo Caspian sonriendo a Asher cuando se encontraron en el pasillo.
Tratar de pretender que no era extraño que Asher llegara tan temprano a casa no estaba funcionando muy bien para él.
—No me dijiste que volverías.
Asher no parecía molesto, la desaprobación era la única emoción negativa en sus ojos avellana-dorado.
—No lo planeé. Davian llamó.
Los ojos de Caspian se agrandaron ante eso. —¿Es algo malo?
—Para nada —respondió Asher—. ¿Podrías decirme qué está pasando?
Estaban en el pasillo, pero estaba vacío, así que Caspian no vio problema en contarle a su pareja justo allí.
No predijo que eso haría reír a Asher tanto que luchaba por respirar.
—No pensé que fuera tan gracioso —dijo secamente, sosteniendo a Asher cerca para que el Alfa pudiera apoyar su peso en él.
—No lo es. Es terrible para... ¿Lake?
—Correcto —asintió Caspian, haciendo saber a Asher que había acertado el nombre del Omega.