Terminaron en la habitación de Lake como solían hacerlo, discutiendo lo que querían comprar en el camino.
Davian hizo la llamada, y en apenas unos minutos, su pedido estaba hecho.
—No vamos a comer en mi habitación —dijo Lake con expresión seria.
Después de comer en la cama esa mañana, necesitaría pasar la aspiradora por las sábanas.
—Podemos comer en mi- —Davian ya estaba ofreciendo.
—Tampoco en la tuya —cortó Lake—. Comeremos en el comedor.
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Caspian no podía creer que había dejado que Asher lo convenciera de ir a su club, mientras él vestía un suéter en un clima de apenas treinta y pico grados.
Pero esta era una buena oportunidad para tener una conversación con su compañero y no se distraerían.
—Gracias —murmuró a Keith que le sostuvo la puerta para él, saliendo al sol furioso con una bufanda envuelta alrededor de la mitad inferior de su rostro.
Era una cosa dejar que Lake viera las marcas que Asher había dejado en su piel, y otra mostrarlas en público.