Casi Terminado

—Rosalía no pudo evitar emitir otro sonido ahogado, su voz restringida por el suave paño que había sido fuertemente atado sobre su boca. Esperaba que este último intento finalmente convenciera al Señor Xarden de remover la opresiva mordaza. Sus ojos desesperados encontraron los de él, y el hombre respondió con una ceja arqueada, su expresión destilando una curiosidad fingida y burlona.

—¿Qué es, querida mía? ¿Qué podría ser tan urgente que estás tan ansiosa por hablar? —mientras tanto, Teodoro se había encargado de desbloquear la puerta de la jaula, abriéndola suavemente solo un poco. Estirando su brazo hacia el interior, se preparó para deshacer el nudo que aseguraba el paño detrás de la cabeza de la dama. Sin embargo, una hesitación momentánea lo invadió, causándole una pausa. Luego llevó su mirada a la de Rosalía, ofreciéndole una mirada algo reprobatoria mientras seguía hablando.