Donde Realmente Perteneces

En las profundidades de otro inquietante sueño que parecía difuminar los límites de la realidad, Rosalía se encontró envuelta en una siniestra oscuridad que, de alguna manera, no lograba oscurecer su entorno. En medio del oscuro abismo, su atención fue capturada por un detalle sorprendente: la inconfundible redondez de su propio estómago.

Una ola de incertidumbre la inundó mientras luchaba con las implicaciones de esta peculiar revelación.

—¿Podría ser... Estoy embarazada?

El peso de esta realización se asentó pesadamente sobre ella, impulsándola a instintivamente colocar ambas manos encima de su redondo vientre. Sin embargo, al hacer contacto, una corriente de sensaciones desconocidas surgió a través de ella, causándole retirar rápidamente las manos. La abrumadora novedad de su forma significativamente alterada resultó ser demasiado para soportar, incluso dentro de los confines de su subconsciente.