Siervos asustados

Mientras el mayordomo continuaba el recorrido, Serafina absorbía la historia y el diseño de la mansión. La ausencia del Duque durante su llegada inicialmente la había preocupado, pero sus arreglos para su comodidad decían mucho sobre su consideración.

Gilberto, el mayordomo, le mostró el comedor, el salón principal y, finalmente, un salón privado.

—El Duque ha dispuesto un salón privado para usted, señora.

—¿En serio?

La consideración del Duque superó sus expectativas con un salón privado, baño y dormitorio. Por un momento, sintió un aumento de aprecio por él.

Después del recorrido, Serafina decidió explorar los jardines por su cuenta. Deambulaba por los jardines, admirando las flores y arbustos meticulosamente mantenidos. La atmósfera pacífica la sosegaba, y sentía un creciente apego a su nuevo hogar.

Mientras regresaba a la mansión, reflexionaba sobre las palabras del mayordomo acerca de los sirvientes. Necesitaría abordar sus miedos y crear un ambiente más acogedor.