El Poder de la Recuperación

—¿Quieres que te traiga algo dulce? —preguntó la criada, con una voz llena de preocupación.

—No, ya estoy muy llena… —respondió Serafina, negando con la cabeza suavemente. —Apreciaba la preocupación, pero sentía que no podía comer más.

No creía que esta escaramuza terminaría pronto. Así que, en lugar de continuar la conversación, Serafina llamó a Lily y a Pillen.

—Creo que estoy perdiendo el apetito porque no hay nadie a mi alrededor. Por eso, de verdad desearía que alguien comiera aquí conmigo.

Esas tres personas se sorprendieron completamente al escuchar las palabras pronunciadas por Serafina.

—Pero, madame. Nosotros somos meros criados... —respondió Lily con hesitación, sin poder creer lo que acababa de escuchar.