Momentos en el vagón 3 (R-18)

—Oh, ni siquiera lo he tocado, así que nunca pensé que estaría tan erecto —la respiración de Serafina se volvió ronca mientras su pecho rebotaba sobre su pezón rígido, su pecho subiendo con cada respiración. La sensación era electrizante, enviando olas de calor a través de su cuerpo, haciendo que su piel hormigueara de anticipación.

—Si hubiera sabido cuánto lo estabas esperando, definitivamente lo habría tocado antes —Cuervo bromeó, su voz un murmullo bajo y seductor. Sus ojos brillaban con picardía, las comisuras de su boca se alzaban en una sonrisa juguetona.

—No es así... —la voz de Serafina sonaba débil, su rostro enrojecido por la vergüenza.

Ella podía sentir sus pliegues ya empapados a través de su ropa interior, un testimonio de su excitación.

La tela se adhería a ella, un recordatorio constante de cuánto lo deseaba.

La mano de Cuervo comenzó a invadir su falda, sus dedos rozando el delicado encaje de sus muslos.