Lágrimas sin Carga

Raven susurró suavemente en su oído, su voz un bálsamo tranquilizador para sus desgastados nervios. Su mano, que la había abrazado impulsivamente en su dolor, vaciló por un momento antes de comenzar a acariciarle suavemente la espalda.

—No tienes que soportarlo si se hace difícil. Puedes simplemente dejarte llevar frente a mí. No soportes el dolor tú sola.

Sus ojos, que habían estado conteniendo las lágrimas desesperadamente, comenzaron a aflojarse con las palabras de Raven. Lágrimas fluyeron continuamente de sus ojos mientras su boca, fuertemente cerrada, se abría lentamente, permitiéndole finalmente liberar las emociones que había guardado encerradas durante tanto tiempo.